Repsol cerró 2019 con pérdidas de 3.816 millones de euros, derivadas de ajustes contables. Se trata de una significativa caída, en comparación con el beneficio de 2.341 obtenido tan solo un año antes.
La petrolera explicó que este resultado se debió a «los ajustes realizados para sentar las bases de la nueva orientación estratégica de la compañía, que se ha marcado como objetivo ser cero emisiones netas en el año 2050″.
Estas cifras reflejan «fundamentalmente una corrección de 4.849 millones en el valor contable de algunos activos, realizada tras asumir nuevos escenarios de precios del crudo y el gas, consistentes con los objetivos climáticos del Acuerdo de París», destacó la empresa a través de un comunicado.
Repsol anunció en diciembre que quería reducir sus emisiones de dióxido de carbono a cero neto en el año 2050. La empresa informó que esta decisión se hizo en respuesta a la preocupación global por el impacto de los combustibles fósiles sobre el ambiente.
El resultado neto ajustado alcanzó los 2.042 millones de euros, frente a los 2.352 millones del ejercicio anterior. Repsol destacó que estas pérdidas (-13,18%) se dieron en un 2019 marcado por el significativo descenso de las cotizaciones del crudo y del gas, así como por menores márgenes internacionales en los negocios industriales.
Las grandes petroleras internacionales han sufrido fuertes descensos en los beneficios de 2019 por unos precios más bajos del crudo y el gas, y la menor demanda de combustibles.
El área de Downstream logró un resultado de 1.456 millones de euros. La cifra supone un descenso de 8,02% frente a los 1.583 millones del año anterior. Este sector incluye los negocios de refino, química, movilidad, lubricantes, GLP, trading, electricidad y gas.
El sector de Upstream obtuvo un resultado de 1.050 millones de euros. Una caída de 20,75% frente a los 1.325 millones que alcanzó en el ejercicio 2018. Esta área cubre los negocios de exploración y producción.
Durante 2019, la producción alcanzó los 709.000 barriles diarios de petróleo equivalente, ligeramente por debajo de los 715.000 barriles del año anterior. El leve descenso de debió al efecto de las interrupciones en Libia. Esta circunstancia fue compensada por la obtención de nuevos barriles provenientes de los campos Marcellus (Estados Unidos), Duvernay (Canadá) y Akacias (Colombia). También contribuyó la adquisición de Mikkel (Noruega) y la participación de Equinor en Eagle Ford (Estados Unidos).
El hecho de que estas pérdidas de 2019 se hayan dado en un contexto adverso de precios de los hidrocarburos y de menores márgenes internacionales en los negocios industriales, «refleja la fortaleza y capacidad de generación de valor de Repsol», destacó la empresa.
De hecho, la petrolera aumentó su flujo de caja operativo un 8%, hasta los 5.837 millones de euros. Por ello, el pasado mes de julio el Consejo de Administración acordó proponer a la próxima Junta General aumentar la retribución al accionista, a través de una amortización de un 5% del capital social a 31 de diciembre de 2018.
Durante el ejercicio, la empresa continuó su crecimiento en el área de electricidad y gas, superando el millón de clientes. También adquirió la red de recarga eléctrica y los servicios de comercialización de energía de Ibil, junto con los activos y contratos asociados a estas actividades.
A finales de septiembre, el grupo que preside Antonio Brufau y dirige Josu Jon Imaz firmó un acuerdo para la adquisición del 40% de la compañía de lubricantes United Oil Company, que producirá y distribuirá productos Repsol en Singapur, Indonesia, Malasia y Vietnam.
En medio del anuncio de pérdidas en 2019, las acciones de Repsol tuvieron un desempeño positivo. Los valores de la petrolera subieron un 0,77% a mitad de la sesión del jueves 20 de febrero en la Bolsa de Madrid.
