El fabricante de automóviles eléctricos Tesla detendrá la producción en su llamada gigafábrica en Grünheide, en las afueras de la capital alemana, Berlín, durante quince días. La compañía dijo que se trataba de un cierre normal en la planta, que se inauguró oficialmente en marzo.
Apenas han transcurrido cuatro meses desde su inauguración y ya se anuncia un cierre temporal. El canciller Olaf Scholz y el ministro de Economía, Robert Habeck, celebraron efusivamente al fundador de Tesla, Elon Musk, por su «atrevida cultura corporativa».
Para los casi 5.000 trabajadores automotrices, esto significa vacaciones forzadas. Y expectativas sobre qué forma tomará la producción cuando se reinicie. Tesla solo dijo que tal pausa calculada era parte de una «fase de reestructuración» para «optimizar y reajustar» los procesos.
En una entrevista a fines de mayo, Musk describió las plantas de Tesla Grünheide (Europa) y Texas (EE UU) como «hornos gigantescos para quemar dinero» que le costaron miles de millones. La producción era demasiado baja, los costos demasiado altos y había problemas en la cadena de suministro, dijo.
Sus preocupaciones, reconoció, eran ver que las fábricas no cerraran. Y cómo mantenerlas en funcionamiento para pagar a los trabajadores. Con esta clara amenaza para la mano de obra, las fábricas de Texas y Grünheide se están recortando actualmente para su máxima explotación.
Según el sindicato IG Metall, a los trabajadores se les informó de la pausa hace algún tiempo. La compañía finalmente quiere producir 500.000 autos eléctricos al año en esas instalaciones con 12.000 empleados.
Recientemente, Musk confirmó que se están produciendo 1.000 autos a la semana en la gigafábrica Tesla en Berlín. IG Metall indicó que hay descontento entre la fuerza laboral, a pesar del aumento salarial del 6% anunciado por Tesla.
El trasfondo de esto es que los empleados recién contratados ahora reciben más dinero que los llegados hace unos meses, dijo el portavoz del sindicato Markus Sievers. Esto, a su vez, se debe a los crecientes problemas para encontrar trabajadores calificados.
«Los miembros activos de IG Metall de la fuerza laboral nos dicen que todavía hay mucho resentimiento entre los trabajadores», explicó Sievers.
Según los planes de Musk, se deberían producir 500.000 automóviles Model Y anualmente en Grünheide. Los actuales 1.000 coches por semana son solo una décima parte de este plan. También se supo que muchos automóviles no se podían entregar debido a defectos y tenían que ser reparados a un gran costo.
El sitio web de la empresa «Teslamag», señaló que el ritmo de trabajo por paso de producción se acelerará de los 90 segundos actuales a 45 segundos. A pesar de que la fuerza de trabajo crecería en unos pocos miles a finales de año. La carga de trabajo por trabajador se incrementará enormemente. El mismo Musk les dijo a los accionistas en junio que esperaba que tomara de nueve a 12 meses aumentar la producción semanal a 5.000 autos inicialmente.
Mientras la gigafábrica de Tesla en Berlín se detiene por quince días, Toyota Motor Corp indicó que extenderá la suspensión de la línea 1 en su planta de Motomachi. Esto, para continuar investigando la causa del retiro del mercado de cierto modelo.
En medio de la escasez de suministro de semiconductores y el impacto continuo de COVID, Toyota advirtió sobre la posibilidad de un plan de producción más bajo.
Entretanto, los retrasos en las entregas de los vehículos de Hyundai Motor son cada vez más graves. A medida que continúa la escasez de componentes para automóviles, como los semiconductores.
Ciertos modelos tardarán al menos un año y medio en ser entregados a los clientes. Si los clientes desean características adicionales, los plazos de entrega se pueden aumentar hasta dos años.
Los modelos más afectados son el vehículo utilitario deportivo (SUV) GV80 y el Santa Fe Hybrid. Un cliente que compre un GV80 tendrá que esperar más de un año y seis meses antes de poder sacarlo del lote. Si el cliente elige el paquete de comodidad de la segunda fila, que mejora los asientos traseros del automóvil, o el paquete popular, tendrá que esperar otros seis meses.