Alemania: ad portas de una crisis energética sin precedentes

Precios del gas suben drásticamente; Berlín suprime subsidios destinados a importadores energéticos

En Alemania, los precios del gas han explotado, y cada vez menos personas y empresas pueden pagar sus facturas. Con 200.000 millones de euros, el gobierno de Olaf Scholz busca paliar los efectos de la crisis energética e impedir crisis mayores.

Por un lado, el ministro de Economía, Robert Habeck, insiste en la necesidad de ahorrar más energía, incluyendo a los hogares privados. Por otro, Berlín suprimió de último minuto la contribución planeada a partir de octubre con la que los consumidores pagarían los altos precios del gas para ayudar a los importadores energéticos en crisis.

Aún no está claro cómo el gobierno va a gastar los 200.000 millones de euros, puesto que todavía no existe un plan concreto para limitar los precios del gas.

Olaf Scholz, canciller de Alemania

El paquete de ayudas no está vinculado al presupuesto anual del gobierno alemán, sino que estará disponible durante varios años como una especie de patrimonio especial.

Para ello, se volverá a llenar el Fondo de Estabilización Económica (WSF, por sus siglas en alemán), que se usó durante la crisis bancaria, en 2008, y la pandemia del coronavirus. Servirá como un presupuesto secundario.

No obstante, economistas advierten de que los altos precios energéticos forman parte de nuestra «nueva realidad». Stefan Kooths, del Instituto de Economía Global, en Kiel, critica que se quiera apoyar financieramente a las empresas en general. En su opinión, no se debería seguir manteniendo con vida a aquellas estructuras que ya no son competitivas. «Eso solo aplaza el proceso de adaptación, y al final todo se vuelve más caro para los implicados», agrega.

Kooths cree que el Estado solo debería aliviar financieramente a los hogares privados de ingresos bajos. Así, argumenta, las empresas sí podrían pasarle la factura de los altos precios del gas a los demás consumidores.

«Suena duro para todos los afectados. Pero si no es necesario alzar los precios del pan, porque estamos subvencionando ampliamente a las panaderías, entonces también la gente pudiente seguirá comprando su pan a un precio bajo», explica.

El economista también señala que un límite a los precios del gas solo impulsa una tendencia alcista, algo que afecta sobre todo a los hogares más pobres.

Para la próxima década, especialistas auguran una recesión y una marcada pérdida de bienestar en Alemania. Para 2023, prevén un retroceso económico del 0,4 por ciento.

«Esto no es un fenómeno pasajero, sino que nos acompañará durante un largo rato», subraya, por su parte, Torsten Schmidt, del Instituto Leibniz de Investigación Económica, en Essen.

El economista explica que, actualmente, los hogares privados tienen la principal carga y se enfrentan a una pérdida de poder adquisitivo masiva. En su opinión, «ninguna política financiera del mundo» podrá amortiguar la pérdida de ingresos, por lo que es importante evitar que los precios sigan subiendo.

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