Tradicionalmente, la caída de los precios del petróleo ha desestimulado el desarrollo de las energías renovables, pero en esta ocasión el avance de las fuentes limpias mantiene su ritmo en América Latina de acuerdo con especialistas de la región.
La mayoría de países latinoamericanos cuentan con metas a mediano y largo plazo de consumo de energías alternativas y mantienen los proyectos con ese fin, entre los vaivenes económicos y el hundimiento de los precios internacionales del crudo.
Para Hugo Ventura, jefe de la Unidad de Energía y Recursos Naturales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), hay dos factores que ponen en entredicho la visión negativa del petróleo barato como freno al desarrollo de las fuentes renovables.
Hay estudios que refuerzan la buena salud de esas fuentes energéticas en la región. La Asociación Mundial de Energía Eólica calificó el 5 de este mes las cifras preliminares de 2014 de brillantes”, en un informe que confirmó que la inversión en eoloenergía camina “a pasos veloces”.
“Especialmente los nuevos mercados en América Latina así como en África están reflejando la importancia que la energía eólica está jugando en la oferta eléctrica, como una fuente barata y confiable”, señaló Stefan Gsänger, secretario general de la organización independiente, con sede en la ciudad alemana de Bonn.
El hundimiento de los valores de los combustibles fósiles perjudica las finanzas de países productores de la región, como Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela, y las estatales empresas del sector soportan problemas en sus planes y operaciones.
Pero beneficia a importadores netos, como los países centroamericanos o Chile, cuya factura petrolera se abarata, mientras para los consumidores de unos y otros el costo de la electricidad puede aminorarse.
En ese contexto, los costos de las fuentes renovables ya compiten con hidrocarburos como el gas natural, destaca el informe «Costos de generación de energía renovable 2014″, elaborado por la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena, en inglés), con sede en Abu Dhabi y que agrupa a 139 Estados.
Esa característica se acentuaría si se incluyeran en esos costos los daños ocasionados al ambiente y a la salud humana por la extracción de fósiles.
El reporte de Irena indica que el costo promedio de plantas solares cayó al rango de la electricidad basada en combustibles fósiles, al situarse en aquellas plantas instaladas en 2013 y 2014 en 11 centavos de dólar por kilovatio hora en América del Sur, 12 en América del Norte y más de 31 centavos en América Central y el Caribe.