
A principios del año 2000, la matriz energética del Perú era altamente dependiente de las fuentes hídricas (87%). En cambio, en 2013 la generación hidráulica concentró el 54% y la generación en función del gas natural fue de 43%.
Ello ha demandado que el 65% del gas natural producido en el país sea destinado a la generación de electricidad. Y el otro 35% es suministrado a hogares, comercio e industrias peruanas.
De hecho, las centrales eléctricas de Chilca y Lima son las principales demandantes de este combustible.
Lo anterior es parte del texto consignado en un suplemento titulado «En la ruta del gas», pagado por el gobierno y publicado el domingo último en varios periódicos masivos de la capital.