Cambios con guillotina alista Abengoa previo a su proceso de reestructuración

Abengoa prevé convocar su junta general extraordinaria para mediados de noviembre, una vez haya conseguido superar el obstáculo de la homologación de su plan de refinanciación por el juez, en la cual someterá al visto bueno de sus accionistas el nombramiento de un consejo de administración totalmente renovado, mientras que el exministro José Borrell y el resto de consejeros abandonarán la empresa sin indemnización, según informaron fuentes conocedoras del proceso.

urquijo                  El nombre de Gonzalo Urquijo suena cada vez más fuerte para asumir la conducción de Abengoa

Este consejo de administración, una vez que los acreedores y los fondos hayan tomado la mayoría del capital tras la reordenación, será “más reducido y completamente nuevo”, con un único ejecutivo y el resto de consejeros independientes.

Para el puesto de presidente ejecutivo se encuentra bien situado Gonzalo Urquijo, presidente de Arcelor España y que fue nombrado por Abengoa el pasado mes de agosto asesor independiente, sin funciones ejecutivas, del consejo de administración en asuntos relacionados con el plan de viabilidad.

En el organigrama de la Nueva Abengoa existirá también la figura del CEO, que no necesariamente deberá ser miembro del consejo y se encargará de dar “equilibrio” con el presidente. Para este puesto de director general, está previsto que se mantenga el actual consejero delegado de la compañía, Joaquín Fernández de Piérola.

De esta manera, los nuevos accionistas de Abengoa no contarán con ninguno de los anteriores consejeros de la compañía, entre los que figuran el exministro José Borrell, el exsecretario de Estado Ricardo Martínez Rico, o el actual presidente del grupo, Antonio Fornieles, “que no tendrán, además, derecho a ninguna indemnización”, según indicaron las mismas fuentes.

Abengoa arrancó anteayer lunes el periodo de adhesiones al plan de viabilidad de la empresa, tras formalizar el contrato de reestructuración financiera con sus acreedores, que se prolongará hasta el próximo 25 de octubre, inclusive.

Para conseguir el objetivo de esquivar de manera definitiva el concurso de acreedores, la compañía necesita el visto bueno de los tenedores de al menos un 75% de la deuda.

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En este proceso, la compañía está “razonablemente tranquila” y confiada en que el objetivo de adhesiones, que parte de un porcentaje a favor en torno al 30%, se va a conseguir y se va a respaldar un plan de viabilidad que permita al grupo sobrevivir “en unos términos buenos”, destacaron las mismas fuentes.

El acuerdo ha sido suscrito por los fondos: Abrams Capital, The Baupost Group, Canyon Capital Advisors, Centerbridge Partners, The D. E. Shaw Group, Elliott Management, Hayfin Capital Management, KKR Credit, Oaktree Capital Management y Värde, mientras que por los bancos acreedores han participado en el rescate Banco Popular, Banco Santander, Bankia, Crédit Agricole y CaixaBank.

También se encuentra entre los bancos acreedores la entidad pública del ICO, que no ha dado todavía su respaldo al plan de salvamento de Abengoa, aunque la compañía prevé que lo apoye.

La Nueva Abengoa será una compañía más centrada en su negocio de ingeniería y construcción, “con el foco en la construcción para terceros”, y más pequeña en tamaño, tanto en activos, donde prevé seguir a lo largo de este año y 2017 con las desinversiones previstas en su plan, como en plantilla, después de haber reducido su número de trabajadores desde que entró en preconcurso de acreedores desde los 26.000 empleados a 17.000.

A este respecto, no se descarta que pueda haber ajustes de plantilla adicionales dependiendo de la evolución del negocio, aunque se considera que “el ajuste significativo se ha hecho ya”. Más que reajustes, son recortes que parecieran ser hechos con guillotina, que duda cabe, señalaron algunos analistas.

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