Biden revoca el permiso que firmó Trump para construir el oleoducto Keystone

La medida representa un duro revés para la atribulada industria petrolera canadiense

A tan solo unas horas de haber asumido la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden revocó formalmente el permiso necesario para construir el oleoducto Keystone XL (KXL), frustrando así las esperanzas de Ottawa por rescatar el proyecto de 8,000 millones de dólares que el sector del crudo canadiense ha apoyado durante mucho tiempo.

La medida representa otro revés para la atribulada industria petrolera canadiense, en particular de Alberta, su corazón energético, ya que la decisión acaba con miles de puestos de trabajo y marca un salto temprano en la relación de Biden con Canadá, un socio comercial clave.

Keystone XL, propiedad de TC Energy Corp, ya está en construcción en Canadá y transportaría 830,000 barriles por día de crudo de arenas petrolíferas de Alberta a Nebraska, sin embargo, las tribus nativas americanas y los ambientalistas ha retrasado el proyecto durante los últimos 12 años y Biden se había comprometido durante mucho tiempo a eliminar el permiso.

“Si bien acogemos con satisfacción el compromiso del presidente de luchar contra el cambio climático, estamos decepcionados, pero reconocemos la decisión del presidente de cumplir su promesa de campaña electoral en Keystone XL”, dijo el primer ministro canadiense Justin Trudeau en un comunicado.

Por su parte, TC Energy, en un comunicado emitido antes de la revocación, expresó su decepción por la medida y anunció que suspendería la construcción a pesar de que la decisión conduciría al despido de miles de sindicalizados y trabajadores de la construcción.

Al emitir la orden cancelatoria, Joe Biden regresó a los Estados Unidos a la lucha contra el cambio climático y anular el controvertido proyecto de oleoducto canadiense aprobado por su predecesor.

Tal como lo había prometido, a pocas horas de convertirse en presidente de EE. UU., Joe Biden firmó más de una docena de órdenes ejecutivas, entre ellas, la cancelación del controvertido oleoducto y gasoducto Keystone XL. Este transportaría millones de galones de petróleo desde Canadá a refinerías en Estados Unidos. Este proyecto fue concebido hace más de 10 años. El oleoducto, de 6.600 mil millones de euros, ha estado plagado de controversias desde el principio.

El segmento completo de la tubería cubriría una ruta de 1.897 kilómetros, desde la provincia de Alberta, Canadá, hasta la costa de Texas. Se transportarían hasta 830.000 barriles de crudo pesado al día, reemplazando así la producción de los países latinoamericanos. El gasoducto es propiedad de la compañía energética TC Energy y del gobierno de la provincia de Alberta, Canadá.

El proyecto, aprobado por reguladores canadienses, fue bloqueado por el expresidente de Estados Unidos Barack Obama,en 2015, quien dijo que los beneficios del gasoducto habrían favorecido demasiado a Canadá y causarían más emisiones de gases de efecto invernadero.

El sucesor de Obama, el presidente Donald Trump, revocó posteriormente la decisión y emitió un permiso presidencial para el proyecto en 2017.

Los ambientalistas, grupos indígenas y ganaderos han criticado el proyecto, señalando el riesgo de derrames de petróleo, y criticando que el oleoducto supone la explotación de sus tierras.

En 2018, un juez federal bloqueó temporalmente su construcción, alegando que el gobierno de EE. UU. no había revisado adecuadamente su impacto ambiental.

Los detractores también han denunciado que el proyecto no protege adecuadamente a los trabajadores del oleoducto ante el COVID-19. Las tribus indígenas y otras comunidades rurales ubicadas a lo largo de la ruta temen que los trabajadores los contagien con el virus.

El petróleo se extraería de las arenas bituminosas de Alberta, una mezcla de arena, arcilla, agua y una sustancia llamada bitumen. Este proceso de extracción es más costoso y requiere más energía que las otras fuentes de petróleo.

«Las arenas bituminosas no son compatibles con un futuro que se encargará de (luchar contra) el cambio climático de una manera significativa», dijo a DW Charlie Kronick, activista de Greenpeace en el Reino Unido y analista de la industria petrolera.

Biden ha estado «en contra de Keystone desde el principio», dijo en una entrevista con el canal CNBC en mayo pasado. «No necesitamos las arenas bituminosas que, de hecho, son muy, muy contaminantes», afirmó.

La lucha contra el cambio climático se convertirá en uno de los pilares de la administración Biden. «Es justo decir que una vez se haya superado el COVID, el clima ocupará un lugar tan alto como cualquier otro tema en la agenda prioritaria de la nueva administración», dijo Adam Zurofsky, director ejecutivo de Rewiring America, una organización sin fines de lucro dedicada a combatir el cambio climático.

Es probable que la cancelación del oleoducto cause tensión con el vecino del norte. Canadá tiene la tercera reserva de petróleo más grande del mundo, y los combustibles fósiles son la principal exportación del país.

«Para los canadienses, estamos hablando de 100 mil millones de dólares en exportaciones [anuales]», dijo el primer ministro de Alberta, Jason Kenney, a la agencia de noticias Agence France-Presse el lunes (18.01,2021), respondiendo a los rumores de que Biden prohibiría el proyecto. «Así que este es un asunto que influye en los intereses económicos vitales de Canadá», afirmó.

Supondría además la pérdida de puestos de trabajo en ambos países y haría que Estados Unidos dependiera más de las importaciones de petróleo de la OPEP, añadió. En las últimas semanas, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, habría hablado con Biden y otros funcionarios estadounidenses para defender el gasoducto.

«Eso hace que las cosas sean un poco más incómodas para Trudeau en un contexto nacional», dijo a la AFP, Ryan Katz-Rosene, profesor de política en la Universidad de Ottawa. Si bien Trudeau se ha posicionado a sí mismo como líder del activismo climático y está en gran medida alineado con Biden políticamente, también ha prometido supervisar la finalización de múltiples oleoductos destinados a llevar el petróleo canadiense a nuevos mercados.

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