Tanto como inmensas son las reservas de gas y petróleo, así son los problemas de Irán

Los conflictos geopolíticos “atan” las manos de Irán

Irán es uno de los mayores productores de petróleo del mundo. Según los datos iraníes, las reservas probadas de petróleo del país son de unos 150.000 millones de barriles. Irán tiene la cuarta mayor reserva de petróleo del mundo y la segunda mayor reserva de gas. Al mismo tiempo, los conflictos geopolíticos “atan” las manos de Irán. Mijaíl Smyshlyaev del Instituto IRTTEK cuenta cómo el país está tratando de encontrar una salida a la situación.

Junio ​​de 2020. Los almacenamientos de petróleo iraníes están llenos. La producción de materias primas se ha reducido al mínimo en los últimos 40 años. La pandemia de coronavirus ya ha afectado al atribulado sector petrolero de Irán. La producción de petróleo en junio de 2020 fue de solo 1,9 millones de barriles por día, que es solo el 50% de lo que se produjo en junio de 2018. Es el nivel más bajo desde 1981. Pero la pandemia no fue la única razón de esto. Los problemas de Irán habían comenzado mucho antes del coronavirus. Se trata de las sanciones estadounidenses.

En 2018, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, restableció las sanciones contra Irán al retirarse del acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y seis potencias mundiales – Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, China, Francia y Alemania.

Desde entonces, las exportaciones de petróleo iraní han bajado hasta 100.000-200.000 barriles por día, frente a más de 2,5 millones de barriles por día en abril de 2018. Las nuevas sanciones han llevado a una fuerte recesión en la economía de Irán, empujando el valor de su moneda a un mínimo histórico, cuadruplicando la tasa de inflación anual, desplazando a los inversores extranjeros y provocando protestas.

En comparación con noviembre de 2019, el PIB de Irán en julio de 2020 cayó en 22%, el desempleo es de unos 37%, la inflación supera el 65%. Irán tiene actualmente un déficit presupuestario del 80% y un déficit comercial de $ 6.5 mil millones.

Sin embargo, a fines de julio de 2020, la Compañía de Desarrollo e Ingeniería de Petróleo de Irán (PEDEC) y Petropars Group firmaron un acuerdo para completar el desarrollo del campo petrolero de South Azadegan, así como para construir una Planta de Exportación de Refinería Central (CTEP) en este yacimiento con la capacidad de 320.000 barriles por día.

Aquí surge la pregunta: ¿cómo, en medio de las sanciones y la difícil situación económica en Irán, puede permitirse tales proyectos? ¿Y a quién Irán quiere vender este petróleo?

La única respuesta a estas preguntas sería “China”. Las exportaciones de petróleo de Irán no se han reducido a cero en gran parte gracias al apoyo continuo de Pekín.

Existe una posibilidad muy pequeña de que Estados Unidos levante las sanciones contra Irán en el corto plazo. Por lo tanto, Teherán volvió su mirada hacia China.

En 2019 Irán firmó un acuerdo para 25 años con China, según los informes. El acuerdo también incluyó la cooperación en el sector de petróleo y gas. A cambio de recibir al menos 400.000 millones de dólares de Pekín, las empresas chinas tendrán la oportunidad de participar en cualquier proyecto de petróleo, gas y petroquímicos nuevo en Irán.

China también podrá comprar petróleo, gas y productos derivados del petróleo con un descuento garantizado del 12% del promedio móvil de los 6 últimos meses para productos de referencia comparables, más un 6-8% adicional para la posible compensación. Además, China podrá pagar en monedas blandas recibidas de sus negocios en África y los países de la ex Unión Soviética. China quiere pedir otro descuento del 8% al 12%, lo que significa un descuento total de alrededor del 32% para China en todas las compras de petróleo, gas y productos derivados del petróleo.

El acuerdo se hizo público y tuvo una fuerte reacción negativa de Estados Unidos. A su vez, China no solo se encuentra en medio de una guerra comercial con Estados Unidos, sino que también se enfrenta a otros desafíos. Por ejemplo, las sanciones de Estados Unidos contra China por sus violaciones de derechos humanos contra las minorías musulmanas en Xinjiang, así como la expansión de las sanciones de Estados Unidos contra la compañía de tecnología líder de China, Huawei, por ciberespionaje y robo de tecnología. La cooperación con Irán lleva un riesgo bastante grande para China, que está dispuesta a aceptar solo en caso de descuentos y condiciones absolutamente increíbles.

Los $ 400 mil millones recibidos de China se invertirán en los sectores bancario, de telecomunicaciones, portuario y ferroviario de Irán, entre otros. Los países profundizarán la cooperación militar también.

China importa petróleo iraní a través de varias empresas de bajo perfil que no tienen influencia en el sistema financiero internacional en dólares. China también ha evitado las sanciones estadounidenses al almacenar petróleo iraní en los almacenes de aduanas, que son como zonas de libre comercio donde los barriles técnicamente no son considerados importaciones.

Desde la imposición de sanciones estadounidenses contra Irán, no ha habido datos oficiales sobre las exportaciones de petróleo de Irán ni de los volúmenes. Sin embargo, las compañías que analizan las rutas internacionales de petroleros proporcionan una clara evidencia de que China sigue siendo el principal importador de petróleo iraní.

Hay informes que China compraba un promedio de 225.000 barriles de petróleo y condensado por día a Irán en la segunda mitad de 2019, lo que representa el 81% del total de las exportaciones iraníes.

Mientras tanto, las refinerías de Asia siguen observando la situación con cautela. Y algunos también están tratando de sacar ventajas del comercio con Irán. India es uno de estos países.

India, el segundo mayor importador y consumidor de petróleo de Asia después de China, también está luchando por el mercado iraní. La situación se complica por enfrentamientos entre Pekín y Nueva Delhi, que se registra en la frontera de vez en cuando.

India sigue buscando participar en el desarrollo de los recursos de petróleo y gas iraníes, llenando el vacío creado tras la salida de las compañías occidentales. Antes de la retirada de Estados Unidos del acuerdo iraní en 2018, India importaba hasta 457.000 barriles por día. Pero en mayo de 2019, las compras se detuvieron bajo la presión de Estados Unidos. A India no le gustó esto, a Irán tampoco. Por fin, en septiembre de 2019, el embajador extraordinario y plenipotenciario iraní en India, Ali Chegini, subrayó que India debería comenzar a importar petróleo iraní “usando el modelo chino”, es decir, eludiendo las sanciones estadounidenses, según informó la agencia de noticias iraní Mehr.

En medio de la crisis económica y política, Venezuela no pudo ser ignorada por Irán. A fines de mayo de 2020, cuatro de cada cinco petroleros iraníes que transportaban combustible a Venezuela llegaron al país sudamericano y atracaron en sus puertos, ignorando las sanciones de Estados Unidos contra ambos países.

A Venezuela fueron enviados componentes para refinerías de petróleo. Por ejemplo, los catalizadores químicos iraníes son necesarios para el funcionamiento de las refinerías. Después de abril del 2020 16 aviones de la aerolínea estatal iraní Mahan Air, también bajo sanciones estadounidenses, han aterrizado en el país latinoamericano. A Irán estos aviones regresaron con 9 toneladas de oro por valor de más de 500 millones de dólares.

– Para Irán, Venezuela es interesante desde el punto de vista no solo económico, sino también geopolítico, – dice el experto en energía Miguel Jaimes – Nadie más tiene relaciones tan cercanas con Venezuela en la actualidad. Y Caracas solo se alegra de esto, no limita los países que quieren negociar con él. Irán es el segundo productor de petróleo de la OPEP y el cuarto productor del mundo. Es capaz de contener la presión estadounidense. Es amigo de India y China y les vende petróleo. Tiene las tecnologías que está dispuesto a compartir, por ejemplo, con Venezuela. Irán está directamente involucrado en la recuperación de la industria de refinación de petróleo en Venezuela. Irán tiene enormes reservas, tiene el Canal de Ormuz, por el que pasan 20 millones de barriles de petróleo por día. El nombre “Irán” por sí solo ya es irritante para Estados Unidos, que está tratando de controlar el mercado petrolero de todas las formas posibles y a través de conflictos. Por lo tanto, Irán busca nuevos mercados en las condiciones en las que se encuentra.

«No nos rendiremos en ninguna circunstancia … Debemos aumentar nuestra capacidad para recuperar nuestra participación de mercado”, dijo el ministro de Petróleo iraní, Bijan Zangane, en julio de 2020.

En el mismo julio, el primer vicepresidente iraní, Eshak Jahangiri, dijo que Estados Unidos no había logrado detener por completo las exportaciones de petróleo iraní a pesar de las duras sanciones.

De momento Teherán maniobra entre las sanciones de Estados Unidos y las difíciles relaciones entre Washington, Caracas y Pekín. Cuánto tiempo duran estas maniobras, depende en gran parte de la nueva Administración del presidente electo de EE. UU., Joe Biden.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Cerrar