EE.UU. reduce más las compras, pero ¿por qué Venezuela sigue vendiéndole petróleo?

Las exportaciones de crudo de Venezuela a Estados Unidos registraron una caída del 7 por ciento en el mes de julio, según los datos de la Administración de Información de Energía (EIA por sus siglas en inglés). Así, el gigante norteamericano importó en el mes de julio 703.000 barriles al día, lo que supone una reducción de 51.000 barriles diarios con respecto al mes de junio.

En términos interanuales, la caída de las exportaciones de Venezuela a Estados Unidos sería de 100.000 barriles al día, un 14 por ciento menos que en el mes de julio de 2015.

La petrolera estatal venezolana PDVSA habría ingresado por estas exportaciones 78 millones de dólares menos que en junio.

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La EIA informó también que en el mes de mayo, PDVSA importó desde Estados Unidos un 48 por ciento más de productos derivados de petróleo, hasta los 96.000 barriles diarios.

Según el director ejecutivo de Inter-American Trends, Antonio de la Cruz, «la caída de las exportaciones de PDVSA hacia EE.UU. es una consecuencia de la caída total de la producción de petróleo de la estatal petrolera. Pdvsa tiene dificultades para recuperar la producción de crudos y productos por el backlog de actividades de mantenimiento tanto en los pozos como en las instalaciones y por la indisponibilidad de suministro eléctrico».

Del mismo modo, agregó que, según los datos de Reuters, «los envíos de petróleo venezolana a Estados Unidos se incrementaron a 817.806 barriles al día en julio, el volumen más alto desde noviembre», lo que supone un aumento del 25 por ciento respecto a junio, pero este nivel de exportación sólo se alcanzó en la última semana de julio.

La petrolera estatal venezolana se enfrenta a serios problemas financieros, tras haber sufrido una caída de sus ingresos del 41 por ciento en el año 2015, por la caída de los precios del petróleo.

Pero, ¿por qué Venezuela sigue vendiéndole a EE.UU.?

Si decidiera no vendérselo a ese país, tendría que vendérselo a brokers internacionales, quienes se lo revenderían a clientes en el mercado internacional, incluyendo a Estados Unidos. La cantidad de petróleo venezolano, que representa apenas el 8% de las necesidades de importación de Estados Unidos, llegaría al país del norte, sólo que ahora lo haría mediante intermediarios. Así, la decisión de Venezuela no alteraría el flujo de petróleo que Estados Unidos recibe diariamente. En estas circunstancias, Venezuela deberá vender su petróleo a un precio menor al que le vende directamente a sus clientes en los Estados Unidos y, de esta manera, sería la única perjudicada con una decisión como ésta. Cosas del mercado.

Este escenario pudiera ser todavía más costoso de lo que parece, pues cerca de la mitad de las exportaciones de petróleo venezolano a los Estados Unidos son a la filial venezolana CITGO, que tiene una capacidad de refinación adaptada a las condiciones del petróleo venezolano, un tipo de crudo pesado que será más difícil de vender en otros mercados. Algo que también se reflejaría negativamente en el precio de venta y, por lo tanto, en los ingresos en divisas de Venezuela.

Tampoco se puede desestimar que la decisión de no venderle petróleo a los Estados Unidos pudiera ser considerada un “ataque” bajo la Ley de International Emergency Economic Powers, lo que le permitiría al Presidente de Estados Unidos confiscar cualquier activo venezolano que se encuentre en jurisdicción norteamericana. Una materia para la discusión entre abogados expertos en estos temas.

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La única forma de causarle un perjuicio directo a Estados Unidos con el petróleo es retirando de la oferta mundial los barriles que Caracas le vende. Esto equivaldría a que, por ejemplo, Venezuela anuncie que a partir de mañana habrá una reducción de su oferta petrolera en setecientos cincuenta mil barriles de petróleo diarios. El precio del petróleo en el mundo aumentaría (probablemente poco) perjudicando a la economía estadounidense y a la mundial.

Sin embargo, la caída de los ingresos en Venezuela sería de tal magnitud que la etiqueta de crisis humanitaria podría ser insuficiente para describir lo que ocurriría en el país. Mientras que el daño a los Estados Unidos sería muy limitado: la cantidad de crudo que el país caribeño le vende representa menos del 1% de la oferta mundial de petróleo. Pero para Venezuela esa cantidad alcanza la mitad de los barriles que le generan divisas. Cosas de la asimetría.

 

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