Contra todo lo que digan de él, el carbón mineral sigue siendo útil y cierra enero a US$90 tn.

(1 Feb. 2017) El precio del carbón mineral -empleado para producir electricidad- cerró el mes de enero con un precio medio de 90 dólares la tonelada, el mayor importe desde enero de 2014, aunque descenderá a los 60 dólares por la caída de la demanda en China, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Para analistas del mercado del carbón en la AIE, como Carlos Fernández, ha explicado que la demanda de carbón en China, el mayor consumidor del mundo, “tocó techo en 2013 y desde entonces ha registrado un continuo descenso”.

Para Fernández, el descenso de la demanda de carbón en China se debe a que el país está adoptando políticas de diversificación energética en favor de otras fuentes de energía y a los procesos de eficiencia energética, que a nivel mundial han permitido ahorrar 330 millones de toneladas de petróleo equivalente en 2015.

Asia, y en especial China, concentra el 73% de la demanda mundial de carbón frente al 46% que suponía a principios de siglo, ha señalado Fernández, lo que para la AIE es motivo del poder que tiene China para marcar la senda en el mercado mundial.

La subida de precios registrada en 2016, que a cierre de año rozó los 90 dólares la tonelada, se debió a que China recortó la oferta de esta materia prima, con el objetivo de reducir el desequilibrio “endémico” entre oferta y demanda del país.

Fernández ha explicado que, cuando el Gobierno chino ordenó el cierre de minas inseguras y redujo a 276 días al año la producción de carbón, frente a los 330 días vigentes antes, la oferta era de 5.500 millones de toneladas frente a una demanda de 4.000 millones de toneladas.

“El reajuste chino afecta a las demandas globales y a los precios del mercado”, ha afirmado Fernández, quien ha explicado que, pese al reajuste, algunos sectores de la economía china todavía son muy dependientes de esta materia prima.

“El 50% de la electricidad producida en China emplea carbón”, ha concretado.

A futuro, Fernández ha afirmado que, por el efecto chino, el carbón perderá peso a nivel mundial, aunque ha señalado “interesantes excepciones”, como las de India, Polonia y Alemania.

En la India está previsto que el consumo de carbón aumente porque es la “opción más factible” para la puesta en marcha del reciente plan que su Gobierno ha aprobado para que 40 millones de indios tengan luz.

En Europa, donde el carbón es “simbólico”, Polonia es y será la gran excepción, porque el carbón autóctono supone más del 50% de su energía primaria y el 80% de la generación de electricidad.

El carbón tiene un peso del 40% en la producción eléctrica de Alemania y “va a tener muy difícil reducir su peso” porque “a corto plazo todo indica que el carbón podría ser el sustitutivo” al cierre de todas sus centrales nucleares, previsto para 2022.

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