Histórico: primer embarque de GNL de EE.UU. fue despachado a Brasil

Tras casi seis años de tramitación, la Comisión Federal Regulatoria de Energía de Estados Unidos hizo historia al permitir el mes pasado por primera vez a una compañía de ese país exportar Gas Natural Licuado (GNL).

Cheniere Energy, que presentó una solicitud a mediados de 2010, finalmente despachó el 24 de febrero al buque Asian Vision desde su terminal Sabine Pass, en Louisiana, con destino a Brasil, donde su cargamento de 3 mil millones de pies cúbicos de GNL será recibido la próxima semana por la petrolera estatal Petrobras en el puerto de Bahía, desde donde será transportado a través de gasoductos a diversas centrales generadoras.

Cheniere, cuya acción se disparó 13% tras anunciar la partida del primer embarque, planea ahora enviar una segunda nave en los próximos días.

“Este es un buque que va a transformar al mercado global de gas, dijo la presidenta de marketing de Cheniere, Meg Gentle, durante una conferencia en Houston. “Esta es una gran historia americana. Es realmente inspirador y asombroso”, señaló por su parte el director ejecutivo de la firma, Neal Shear.

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La historia de Cheniere es un reflejo de la transformación que ha sufrido la industria en los últimos años en Estados Unidos. Sabine Pass fue concebido originalmente como un terminal de descarga, pero fue reacondicionado más tarde como un complejo exportador luego de que los avances en las técnicas de perforación conocidas como “fracking” liberaran más gas del que el país era capaz de consumir por su cuenta. Ahora, ese enorme suministro por primera vez podrá comenzar a fluir al resto del mundo.

“Esto va a transformar a Estados Unidos en un exportador neto de gas natural en los próximos años”, aseguró Jason Lord, analista de GNL para la consultora especializada Genscape.

El volumen de exportaciones de Sabine Pass por ahora sería reducido, promediando cerca de 460 millones de metros cúbicos al año hacia fines de 2016.

“Su importancia es simbólica. Para Petrobras es otro acuerdo de compra, pero a partir de ahora Estados Unidos va a ser un exportador relevante de gas shale”, dijo Marco Tavares, director de Gas Energy.

Esta es la primera carga spot del terminal, que se encuentra en una fase inicial, pero BG Group, una unidad de Royal Dutch Shell, recibirá el primer cargamento contratado y ya acordó pagar cerca de US$ 723 millones al año por capacidad de producción una vez que más unidades entren en operación. Desde el puerto Sabine Pass BG podría incluso abastecer a sus clientes en Chile a través del terminal de regasificación de Quintero.

Sudamérica está necesitando este recurso

La autorización del regulador estadounidense va a dar una vía de salida a los excedentes de oferta que existen dentro del país, pero se produce en momentos en que los precios mundiales ya se encuentran en niveles históricamente bajos.

La caída en el valor del petróleo, que actúa como un referente para otros sustitutos, ha impactado al GNL en momentos en que varios países están incrementando su capacidad exportadora. Junto con Estados Unidos, Australia, Malasia y Angola expandirán la capacidad de producción de GNL este año en 12%.

Asia Vision

Con un margen de apenas US$ 1 por millón de BTU, Cheniere confía, sin embargo, en que todavía será capaz de generar ganancias. La compañía está apostando a un aumento de la demanda en Sudamérica debido a la sequía que aumenta la dependencia de las centrales termoeléctricas. Brasil ha elevado sus importaciones de GNL en los últimos años luego de que los envíos a través del gasoducto con Bolivia alcanzaran su máxima capacidad. Petrobras compró 80 cargas de GNL el año pasado y se espera que este año adquiera 50.

“Los mayores compradores de GNL fuera de la temporada de invierno son Brasil, primero y luego Argentina, en la cuenca Atlántica”, dijo Ted Michael, analista de energía de Genscape. “Compran GNL para energía termoeléctrica y aire acondicionado», puntualizó. (Diario Financiero)

A tener en cuenta:

El mercado mundial de la energía sufrió una revolución en los últimos años, a medida que una serie de adelantos tecnológicos abrieron enormes reservas de gas y petróleo de esquisto (shale) en Estados Unidos hasta entonces inexplotadas, disparando la oferta global y hundiendo los precios.

Hoy, en momentos en que la desaceleración económica y la caída de la demanda ponen más presión en los precios, la industria inicia una nueva transformación.

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