En 15 años China superará a Estados Unidos como el mayor socio comercial de A. Latina

(29 Marzo 2017) China se ha convertido en un socio de primer orden de Latinoamérica gracias a su apuesta decisiva por este mercado. Se trata de una relación que ha sentado las bases para que se prolongue durante muchos años, ya que todos los socios salen beneficiados de los acuerdos en marcha.

En concreto, el gigante asiático ha realizado grandes inversiones vía préstamos y compras de compañías petroleras para diversificar sus fuentes de suministros y, además, se ha asegurado unos precios muy competitivos.

Y es que en el contexto de los altos precios, los datos de las aduanas chinas sugieren que China está pagando menos por barril de petróleo de América Latina que lo que hace para el crudo de muchas otras partes del mundo (ver gráfico). También es verdad que, a pesar de las fortísimas inversiones y préstamos de los últimos años, Latinoamérica aún representa un pequeño porcentaje de las importaciones de crudo totales de China.

Por su parte, estos contratos más ventajosos económicamente podrían ser perjudiciales para los países latinoamericanos pero lo cierto es que, en un contexto de exceso de oferta debido al boom del esquisto en Estados Unidos (el cual ha quitado cuotas a los crudos latinoaméricanos), estos mercados se han asegurado una cesta de clientes que anteriormente era de Medio Oriente, Irán, Rusia y Angola.

Con todo, China es ya el segundo inversor en la región por detrás de Estados Unidos. El desembarco chino en Latinoamérica, al igual que en otras partes del mundo, está facilitado por un sistema de flujos financieros de la banca estatal china que le permite a las compañías desembolsar grandes sumas y a los gobiernos de la región financiar inversiones sociales (vivienda, por ejemplo) o infraestructura (carreteras, transporte, etc.).

En petróleo, Venezuela es de los principales destinos para la inversión de China, que ha anunciado millonarios acuerdos para explotar la Faja Petrolífera del Orinoco. Además, este país es el que ha recibido más presupuesto chino mediante préstamos, la mayor parte de ellos garantizados con contratos de venta de petróleo.

En los últimos años, la estrategia de las petroleras chinas se ha ampliado al invertir comprando activos que pertenecían a empresas privadas y, en muchos casos, formando empresas conjuntas con ellas.

La inversión extranjera directa procedente de China en América Latina y el Caribe fue limitada hasta 2010. Según la Comisión Económica para América Latina y Caribe (CEPAL), en las dos décadas previas a ese año llegaron a la región alrededor de 7.000 millones de dólares de inversión desde China.

Pero 2010 marcó un punto de inflexión, con un flujo estimado de inversión que se acercó a los 14.000 millones, equivalentes a un 11 por ciento de la inversión extranjera directa total recibida por la región. ¿Qué movimientos significativos ocurrieron ese año para alcanzar esta cifra? La explicación es sencilla y reside en la apuesta sin precedentes que hicieron los gigantes asiáticos Sinopec y CNOOC en Brasil y Argentina, respectivamente.

Pero no fueron las únicas operaciones porque muchas empresas chinas de diferentes sectores llegaron a la región o aumentaron considerablemente su presencia en ésta en ese mismo año. En los años posteriores, la inversión china ha seguido llegando a la región, a un nivel estimado en torno a los 9.000 a 10.000 millones de dólares anuales.

El problema es que los datos oficiales sobre la inversión china en América Latina y el Caribe no reflejan una imagen fiel de la realidad, debido a la costumbre de las empresas chinas de canalizar la mayor parte de sus inversiones a través de terceros países, lo que hace particularmente difícil identificar los flujos bilaterales de inversión.

Un ejemplo de ello es la mayor adquisición china en la región hasta el momento, la compra del 40 por ciento de las operaciones de Repsol en Brasil por 7.000 millones de dólares, que se registró como una inversión de Luxemburgo porque la operación se canalizó a través de la filial luxemburguesa de la empresa china. Esto es una práctica habitual entre las empresas de todo el mundo, pero es particularmente frecuente en China. Por ello, el gráfico 3 recoge la inversión directa china en base a estimaciones realizadas por la Comisión Económica para América Latina y Caribe sobre datos de las mismas empresas y otras fuentes complementarias.

Pero, ¿cuál es el atractivo de Latinoamérica para China? Principalmente las materias primas, sobre todo el petróleo, la minería, la agricultura o la industria de manufactura. No hay que olvidar que China es el país más poblado del mundo, con una economía en rápido crecimiento que le ha llevado a ser el mayor consumidor de energía y productor en el mundo. El rápido aumento de la demanda de energía, en especial para los combustibles líquidos, ha convertido a China en una gran influencia en los mercados mundiales de la energía. El gigante asiático es ya el primer importador neto de petróleo, tras haber superado a Estados Unidos, según datos de la Administración de Energía de Estados Unidos (EIA).

En la extracción de petróleo y gas, China se encuentra entre los inversores extranjeros más importantes en Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela y ha realizado grandes inversiones en estos mercados en los últimos 10 años, tanto en explotación de metales como en proyectos de energía.

Cabe destacar también el interés en Perú, donde después del sector energético, la minería es el ámbito que concentra mayor inversión china en la región.

Ahora, el yacimiento de Vaca Muerta está en el punto de mira del capital oriental, que ve como el enorme potencial del petróleo no convencional puede convertirse en una gran fuente de millonarias ganancias en el corto y medio plazo.

México es la asignatura pendiente de la inversión china, pero ahora el país que preside Enrique Peña Nieto tiene una oportunidad de oro con su apertura petrolera. China Petroleum Pipeline Engineering (CPPE), China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) y China Petroleum&Chemical Corporation (Sinopec) ya han mantenido conversaciones con las autoridades mexicanas para ejecutar su entrada en el mercado azteca.

Precisamente, las cuatro grandes compañías de petróleo en China son CNPC, Sinopec, CNOOC y Sinochem. Todas ellas son de propiedad estatal y tienen importantes inversiones en América Latina. CNPC es la más veterana en la región, y su modo tradicional de entrada fue a través de concesiones estatales o con empresas conjuntas con las petroleras estatales. Hoy está presente en Ecuador, Perú y Venezuela.

Tal como se ha comentado previamente, Sinopec también ha llevado importantes acuerdos en Brasil, como la adquisición de la filial de Repsol en el país o la compra de las operaciones de la portuguesa Galp por más de 5.000 millones. Sinopec también adquirió en Argentina la estadounidense Occidental Petroleum por 2.450 millones de dólares. Por su parte, CNPC se ha convertido en la segunda petrolera en Argentina por detrás de la nacionalizada YPF con una serie de multimillonarias adquisiciones parciales de distintas compañías.

Un detalle clave de cómo operan estas compañías en la región es su abanico de servicios para ofrecer diferentes soluciones para el negocio, incluyendo la financiación. De hecho, el auge del upstream en la región ha impulsado enérgicamente los negocios de las compañías en servicios petroleros, así como la exportación de materiales derivados del petróleo y equipos.

Por otro lado, estas compañías muestran mucha atención a las demandas de todos los interesados en los países objetivo e intentan hacer un esfuerzo para ayudar a las comunidades locales. Con los años, han invertido, junto a sus socios locales, en proyectos de bienestar público, participar en los esfuerzos de alivio de la pobreza y de desastres, y la atención a los grupos vulnerables.

El potencial que presenta Latinoamérica para China no ha hecho más que empezar. Son de especial relevancia las iniciativas llevadas a cabo por países latinoamericanos para atraer mayor inversión extranjera. Por ejemplo, México prepara un marco fiscal que allane el camino a las petroleras internacionales. Por su parte, Venezuela tiene Zonas Especiales y de Desarrollo Estratégicas, particularmente en la Faja Petrolera, para incentivar la entrada de capital extranjero, mientras que Colombia creará nuevas zonas francas para desarrollar sus recursos offshore.

China ya se prepara para  estas nuevas oportunidades y el presidente del gigante asiático, Xi Jinping, se ha comprometido este año a invertir 250.000 millones de dólares en la región durante los próximos 10 años.  Según un artículo publicado en enero en China Policy Review, en 15 años China superará a Estados Unidos como el mayor socio comercial de Latinoamérica y espera que el comercio bilateral entre China y América Latina se incremente a 500.000 millones en los próximos años. (Fuente: Energía16)

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