
(02 Agosto 2017) El gobierno estadounidense está discutiendo las sanciones contra la industria petrolera de Venezuela después de las elecciones de la Asamblea Constituyente del domingo 30 de julio reciente, que el embajador de Washington en la ONU, Nikki Haley, calificó de «farsa».
Según Reuters es improbable que medidas punitivas incluyan una prohibición a las exportaciones venezolanas de petróleo, pero podría implicar la suspensión de las exportaciones estadounidenses de crudo ligero al país sudamericano.
El gobierno de Trump ya anunció una nueva ronda de sanciones contra 13 altos funcionarios del gobierno venezolano la semana pasada. Cuando la nueva ronda se hará pública sigue siendo poco clara. Existe la opción de retrasar las sanciones en caso de que la situación en Venezuela siga aumentando. Asimismo, según las fuentes, el momento y la severidad de las medidas tratarán de evitar que el pueblo venezolano sufra más y proteja los intereses económicos de Estados Unidos.
Si Estados Unidos deja de importar petróleo venezolano, las refinerías de la Costa del Golfo tendrán una grave escasez de pesado grosero en sus manos y tendrán que encontrar fuentes alternativas con urgencia, lo que impulsaría bruscamente los precios de la gasolina.