Colbún ha señalado que tiene previsto realizar inversiones por unos US$ 3,000 millones durante la próxima década, y que seguirá con su plan de internacionalizar su negocio ingresando a Perú y Colombia.
Una ambiciosa estrategia de crecimiento, que implica duplicar el tamaño actual de la empresa en los próximos cinco años, definió esta eléctrica ligada al grupo Matte,
Tras la llegada de Thomas Keller a la gerencia general de la firma, en octubre del año pasado, la generadora se abocó a un proceso de análisis interno para definir “donde querían estar” a fines de la década y cuál sería la visión de negocios futura.
Este proceso, que fue impulsado por Keller y tuvo una participación transversal, dicen en Colbún, resultó en el establecimiento de diez objetivos de mediano plazo. Lo que quedó reflejado en un documento interno, que hoy es la guía con que trabajan todas las gerencias.
El decálogo de la compañía tiene como primer objetivo llevar el Ebitda de la firma hasta los US$ 1,000 millones al 2019, el doble de los US$ 537 millones logrados el año pasado.
Esto se hará a través de un intensivo plan de incremento en capacidad instalada de generación eléctrica, la que esperan llevar por sobre los 4,000 MW en los próximos años, un incremento de 20% respecto de lo que hoy tienen en centrales de embalse, pasada y unidades térmicas en el Sistema Interconectado Central (SIC).
Los pilares irán por dos frentes: el negocio de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), donde la eléctrica tiene previsto sumar unos 300 MW en proyectos, principalmente eólicos y solares, y avanzar en iniciativas como la construcción de la segunda unidad del complejo carbonero Santa María (350 MW) -la que, si hay decisión favorable por parte del directorio, debería estar operando hacia 2020-, San Pedro (160 MW), La Mina (34 MW), y las hidroeléctricas Guaiquivilo Melado (420 MW), Los Cuartos y La Campana. Éstos últimos son definidos al interior de la compañía como los “más atractivos” del portafolio.
En este sentido, la firma ya ha señalado que tiene previsto realizar inversiones por unos US$ 3,000 millones durante la próxima década, y que seguirá con su plan de internacionalizar su negocio ingresando a Perú y Colombia.
El gas también está en la mira, y entre los objetivos de la eléctrica es contar con contratos de suministro de GNL de largo plazo para sus centrales -los complejos Nehuenco y Candelaria- que hoy no tienen disponibilidad a firme del hidrocarburo. Para esto se encuentra participando del open season lanzado por GNL Chile, sociedad que reúne al pool de consumidores de gas del terminal de Quintero.
Para este año, una de las tareas definidas por la eléctrica, y que quedó plasmada en el documento, es “actualizar la política comercial y desarrollar una estrategia para nuestro posicionamiento en las ENRC”.
Pero no sólo el mediano plazo está en la mira también desarrollará una cartera de proyectos que le permita “duplicar capacidad instalada en los siguientes 15 años”. Hoy tiene unos 3,280 MW en 19 centrales, y otras dos en desarrollo.
En lo social, buscarán profundizar las relaciones con las comunidades, y consolidarlas en el ámbito ambiental y con el gobierno.
Mejorar los indicadores financieros también sería prioritario para la firma. A fines de mayo Standard&Poor´s (S&P) mejoró desde “negativa” a “estable” la perspectiva de la clasificación de riesgo de la eléctrica y uno de los objetivos de esta es, hacia finales de la década, lograr la clasificación de “Investment Grade”, que certifica su calidad crediticia. Hoy está en BBB– y a diciembre de 2014 registra una deuda neta de US$ 1,071 millones.