Para morigerar su declive en hidrocarburos GE intenta compra de Baker Hughes

Jeff Immelt, presidente ejecutivo y titular de la junta de General Electric Co., promociona la compra de la firma de servicios petroleros Baker Hughes Inc., como una forma de capear el declive en el sector de hidrocarburos.

Sin embargo, la compleja transacción, que pondrá las operaciones de crudo y gas de GE en una empresa separada que cotizará en bolsa, plantea interrogantes sobre cuán lejos irá Immelt para reducir el otrora extenso portafolio de empresas del grupo. El año pasado, el negocio de hidrocarburos representó cerca de 14% de los ingresos de GE.

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En una entrevista reciente, Immelt rechazó la idea de que estaba reduciendo el alcance industrial del conglomerado. “Lo veo como un fortalecimiento, no una separación”, señaló el ejecutivo, quien asumirá la presidencia de la junta directiva de la nueva empresa. “Creo que es una transacción única, pero no una que necesita ser aplicada en otras partes”.

Immelt, de 60 años, ha encabezado la transformación de GE en un actor importante de la industria petrolera tras gastar más de US$ 14.000 millones durante casi una década.

El negocio de hidrocarburos, que había pasado a ser uno de los múltiples segmentos del conglomerado, ofrece al grupo otra fuente de ingresos en un momento de incertidumbre y flojo desempeño de la economía global.

General Electric poseerá cerca de dos tercios de la nueva Baker Hughes, controlará su cúpula gerencial y consolidará sus resultados en los reportes financieros del grupo. Lorenzo Simonelli, presidente ejecutivo de GE Oil & Gas, ocupará el mismo cargo en la empresa combinada, que contará con unos 70.000 empleados y más de US$ 30.000 millones en ingresos anuales. El conglomerado seleccionará cinco de los nueve miembros de la junta.

La decisión de Immelt se produce después de dos años de sufrimiento en la filial petrolera, la cual registró una caída en sus ventas y ganancias tras la baja de los precios del crudo. En una conferencia con inversionistas en 2014, Immelt señaló que sus proyecciones de crecimiento dependían de un precio del petróleo de unos US$ 100 el barril.

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GE está en medio de un plan de reducción de más de US$ 1.000 millones en costos de su negocio petrolero y reconoció ante los inversionistas durante su informe de ganancias del tercer trimestre que al final se quedaría sin margen para lograr más ahorros. Las ventas anuales de la filial cayeron 14% el año pasado, a US$ 16.450 millones.

Immelt ha reducido el negocio de servicios financieros al desprenderse de buena parte de GE Capital. Sin embargo, en sus 15 años al mando del coloso industrial, no ha dudado a la hora de vender negocios industriales clave. Entre ellos figura la división de electrodomésticos, que vendió este año por US$ 5.400 millones, y GE Plastics, que vendió en 2007 por US$ 11.600 millones.

La escisión del negocio de hidrocarburos de GE dejará atrás a un actor industrial más pequeño, con alrededor de US$ 100.000 millones en ingresos anuales, que está enfocado principalmente en cuatro negocios: motores de avión, turbinas eléctricas, escáneres médicos y locomotoras. Junto con la transacción, GE anunció que venderá su negocio de tratamiento y sistemas de procesamiento de agua, GE Water.

La compra de Baker Hughes fue una oportunidad para “completar estratégicamente el negocio”, dijo Immelt a inversionistas durante una conferencia telefónica el pasado lunes 31 deOctubre. Los ejecutivos de GE dijeron que esperaban una lenta recuperación en los precios de la energía. La expectativa es de un barril en entre US$ 45 y US$ 60 hasta 2019.

La estrategia de General Electric en el sector petrolero no se basa en buscar un repunte oportuno de los precios del crudo, añadió Immelt, sino en el desarrollo de equipo avanzado para una industria que “se va a volver más sofisticada técnicamente a medida que pasa el tiempo”.

“A eso es lo que hemos estado apostando todo el tiempo”, subrayó. “Así que cuando esta oportunidad se presentó, era absolutamente lógico tomarla para los inversionistas de las dos empresas y para nuestros clientes”. La empresa combinada será “mucho más resistente a los ciclos”, dijo el presidente ejecutivo de Baker Hughes, Martin Craighead.

La combinación con Baker Hughes les dará a los ejecutivos un nuevo objetivo para la reducción de costos, y GE dijo que ya ha apuntado a US$ 1.200 millones en recortes hasta 2020 en la compañía combinada.

Los accionistas de GE, incluido Trian Fund Management LP, acogieron con beneplácito la transacción. Las acciones de GE cayeron 0,41% para cerrar en US$ 29,10, mientras que las de Baker Hughes descendieron 6,29%, a US$ 55,40. Ambas empresas cotizan en la Bolsa de Nueva York.

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“Trian cree que la combinación tiene una fuerte lógica industrial”, dijo una portavoz del fondo, que el año pasado adquirió una participación en GE. “Trian también aplaude a GE por haber estructurado una transacción atractiva que debiera manifestarse en un múltiplo de valuación superior para los activos de petróleo y gas de GE”.

Como parte de la transacción, GE pagará US$ 7.400 millones para financiar un dividendo especial para los accionistas de Baker Hughes. Esos fondos provendrán de aproximadamente US$ 20.000 millones de endeudamiento que el conglomerado planea añadir a su balance y que algunos inversionistas esperaban ver destinado a la recompra de acciones.

De todos modos, aún no está claro por cuánto tiempo mantendrá GE su participación en la filial, una de las mayores adquisiciones de Immelt, y la compañía planteó la posibilidad de que podría escindir la inversión en el futuro.

“La estructura tal y como se ve hoy en día no se opone a un giro o escisión en el futuro sobre una base exenta de impuestos”, dijo el director financiero de GE, Jeffrey Bornstein.

El acuerdo es “estratégicamente positivo” para los accionistas de GE, dijo en una nota a sus clientes Steven Winoker, analista de Sanford Bernstein & Co.

“Este acuerdo es también una estructura atractiva para GE: sin tener que hacer un desembolso en efectivo total por Baker Hughes, la ‘nueva’ Baker proporciona a los accionistas de GE una ventaja adicional ante una recuperación de los precios del petróleo”, escribió.

Los ejecutivos de GE confían en que la unión apruebe el examen de los reguladores, quienes se opusieron al intento de Halliburton de adquirir Baker Hughes por razones antimonopolio. GE es principalmente un vendedor de equipos de petróleo y gas, mientras que Baker Hughes se especializa en servicios para yacimientos petrolíferos.

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